Largas noches, largas esperas. Un silencio invade mis oídos y siento que es más ruido del que puedo soportar en este momento.
Larga vida, larga espera. Cada día que pasa este pesar se hace más grande y en los momentos tristes, la falta de sueño nunca tiene compañía.
Que soledad invade mi pecho en este momento, tu recuerdo se hace presente, y mis lágrimas caen cada vez más lento. ¿Dónde estás? Me pregunto constantemente, estas tan lejos y te siento tan presente. Un “tranquilo todo va a estar bien” es el ultimo recuerdo que tengo de tu penumbra despedida. Te marchaste y de eso no hay duda. En esta vida hay pocas cosas de las que uno no se puede arrepentir y el morirse es una de ellas. “mucho tiempo” para muchos, poco tiempo para mí. Tu compañía nunca fue ingrata y mucho menos aburrida.
Que más puedo pedir, si por ti lo tuve todo.
Que mas puedo soñar, si te llevaste todo.
Cuanta falta me haces en este momento, cuando las piedras de mi camino son arrojadas a mi rostro. La gente me juzga y me critica y ahora todos “saben” como soy por dentro.
Tú me conocías y me amabas y siendo un genio en todo, fui al único que dijiste que admirabas.
Tu recuerdo no se evapora, pero mis ganas si. Siento que por ti era todo, y ahora que no estás, para muchos valgo nada. Se que no soy el mejor, pero tu y yo sabemos que hay millones peores que yo.
En vida nunca te falte el respeto, y ahora que no estas no deshonraría tu nombre.
Sabes que a veces puedo ser lento, pero tu y yo sabemos que la tortuga le gano a la liebre en la carrera. Te pido me des fuerzas y que siempre me acompañes. Eres el único santo de mi devoción, mi único ángel y mi único ejemplo.
Gracias por criarme y enseñarme a ser un buen hombre. Puedo tener mil defectos pero gracias a ti nadie me puede decir inculto; y si hay 2 cosas que de ti aprendí, es que el que nace con huevos, no siempre es hombre. Me enseñaste a respetar, a saludar siempre y a agradecer al despedirme. Siento no cumplir una de tus enseñanzas, porque para ti viejo, nunca abra un adiós
Te amo papá.